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Meucci y Vallcorba despiden las jornadas

Los editores Silvia Meucci y Jaume Vallcorba han clausurado esta mañana los VII Encuentros Literarios de Albarracín, que organiza la Fundación Santa María y patrocinan Ibercaja y Endesa. Meucci y Vallcorba repasaron públicamente su trayectoria editorial y su concepción de la literatura.

            Silvia Meucci, que dirige Siruela y ha traducido al italiano a autores como Rosa Montero o David Trueba, recordó sus comienzos en Feltrinelli y su incorporación a Siruela, que ha pasado de 45 a 110 títulos anuales, y citó la frase del escritor y editor italiano Roberto Calasso: “Si desapareciera el mundo del libro una mañana, la noche siguiente todos los editores nos encontraríamos en un casino, porque este es un oficio en el que hay que apostar continuamente”. Meucci afirmó que sigue “experimentado la misma emoción cuando veo el primer ejemplar, el mismo entusiasmo infantil y enfermizo que es fundamental para continuar trabajando”. La editora afirmó que “aunque hay algunos magníficos, en España se necesitan más y mejores traductores”. Se definió como “una optimista con datos” y mostró una visión positiva del sector del libro: “La literatura siempre ha sido minoritaria, pero siempre habrá 3.000 lectores interesados en las buenas novelas y los buenos ensayos”.

            Jaume Vallcorba, responsable de los sellos Quaderns Crema y Acantilado, contó sus comienzos en el mundo de la edición, y la importancia que tuvo el magisterio de Gabriel Ferrater “la persona más inteligente y la mejor que he conocido en mi vida”. Su propósito al crear Acantilado –donde han publicado autores como Zweig, Javier Cercas, Saroyan, o Pessoa- era “ofrecer un espacio de reflexión transversal en el espacio y el tiempo, en el que los libros se iluminasen unos a otros, en el que un libro de Braque entablase un diálogo con otro de Satie, en el que Memorias de ultratumba de Chateaubriand se convirtiera relacionado la más rabiosa actualidad”. Vallcorba habló también de la importancia de la tipografía: “un libro tiene que ser como una pantalla de cine. Yo no quiero ver la pantalla, yo quiero ver la película. No quiero ver el libro, quiero ver el texto. Para diseñar mis libros he estudiado la gran tradición tipográfica europea, e intento ser muy cuidadoso. Creo que las cosas sólo se pueden hacer con amor”.

            Vallcorba y Meucci cerraron los Encuentros Literarios de Albarracín, que han estado dedicados a “La pasión de editar. Qué, cómo, para quién”. En el congreso participaron ochenta alumnos del CRA Sierra de Albarracín, escritores como Enrique Villagrasa y Raúl Herrero, editores como Malcom Otero Barral, Chusé Raúl Usón o Enrique Riestra, fotógrafos como Ricardo Vila y Gervasio Sánchez y traductores como Rada Panchovska. El director del seminario, el periodista y escritor Antón Castro, despidió las jornadas con la promesa de una nueva edición el año que viene.

           

Editoriales grandes y pequeñas se encuentran en Teruel

       

La tercera jornada de los VII Encuentros Literarios de Albarracín, que organiza la fundación Santa María con el patrocinio de Endesa e Ibercaja, comenzó con una mesa redonda en torno a la edición de narrativa y ensayo en España. Malcom Otero Barral, responsable del área de ficción en Desino, trató de alejarse la mitificación del editor, que él considera un oficio que se aprende trabajando, y afirmó que las editoriales grandes posibilitan la existencia de las pequeñas. Chusé Raúl Usón, explicó la génesis de su sello editorial Xordica, que ya tiene doce años. Usón recordó que una editorial es una empresa y que, en ese sentido, un cierto conocimiento del mercado ayuda a la supervivencia de la editorial. En ese sentido, Miguel Aguilar, responsable de las publicaciones de no ficción de Debate, precisó que, en realidad, la diferencia más importante estaría entre la “edición literaria”, que se preocupa por los contenidos, y la “edición comercial”, que se rige por criterios empresariales, y no entre ficción y no ficción.

            Ricardo Vila, fotógrafo y autor de libros como  Siete años con las aves, repasó su trayectoria y las dificultades de la edición de libros de fotografía, que le llevaron a convertirse en editor de su primer libro “para poder controlar las impresiones, el tipo de papel y conseguir que el libro fuera como uno quiere”. Afirmó, además, que en su caso “el comienzo viene determinado por el riesgo” y que para que los libros de fotos sean accesibles es preferible limitar el número de páginas y la extensión de los textos.

            Los alumnos de la Escuela de Diseño de Aragón expusieron sus trabajos: un experimento de diseño de libro a partir del cuento “Querida novia” publicado en La edad del pavo de Daniel Gascón. Mostraron una serie de creaciones llenas de ingenio e imaginación de libros únicos, casi objetos de colección. La profesora Isabel Biscarri, que propuso el proyecto, acompañó a los estudiantes en las descripciones.

            Por la tarde, Luis Miguel Redondo, de Libros del Asteroide; José Ángel Zapatero, de Menoscuarto; Eduardo Riestra, de Ediciones el Viento; y Enrique Rodel, de Editorial Funambulista, hablaron del lugar que ocupan los nuevos sellos independientes en el panorama nacional desde su propia experiencia editorial. “Queríamos prestar atención al lector, que es quizá el gran olvidado del mundo editorial”, explicó Redondo, mientras que Riestra y Rodel apostaron por la literatura de calidad y la recuperación de clásicos contemporáneos, y Zapatero reivindicó “la intensidad, la precisión y la concisión de la narrativa breve”.

            Malcom Otero Barral desmintió los tópicos que rodean la figura del legendario editor Carlos Barral. En una amena charla llena de anécdotas, Otero ofreció una perspectiva humana y desmitificadora de su abuelo: “el editor no puede estar por encima del escritor”, afirmó Otero.

            Gervasio Sánchez cerró la jornada aportando su visión personal de la edición desde el punto de vista de un reportero de guerra. Se proyectaron, además, algunos de los trabajos del fotógrafo, reportero y escritor.

            Por la noche, Vinos Chueca dio un concierto en el Molino del Gato.

            Hoy concluye la séptima edición de los Encuentros Literarios que coordina Antón Castro. La jornada contará con las intervenciones del fotógrafo José Antonio Melendo, la traductora y editora Silvia Meucci, y con la conferencia de Jaume Vallcorba, responsable de Acantilado y Quaderns Crema.

     

Talleres y poesía

            Por la mañana, los estudiantes del CRA de la Sierra de Albarracín asistieron a los talleres que impartían varios profesionales: la ilustradora Elisa Arguilé y el diseñador Fernando Lasheras enseñaron “cómo hacer un libro”; el realizador Alberto Gámez grabó imágenes de Albarracín con los alumnos y Javier Torres habló de los avances en teléfonos móviles. Carlos Roldán, director de las bandas de Garrapinillos y Miralbueno, impartió un taller de música; los artistas Javier Solchaga y Pilar Tena hicieron dibujos con los alumnos de Terriente, Frías de Albarracín, Royuela y Torres; mientras que Enrique Villagrasa y José Antonio Melendo les animaron a escribir poemas y hacer fotografías. Los VII Encuentros Literarios de Albarracín han contado con la particpación de 80 alumnos.           

La edición de poesía

Por la tarde, el poeta Enrique Villagrasa moderó una mesa redonda titulada “La edición de poesía”. Para Trinidad Ruiz Marcellán, que dirige el sello Olifante desde su fundación, en 1979, la edición es una de las facetas de un “trabajo general para difundir la cultura. Esta faceta se integra con otras actividades, como los Festivales de Poesía del Moncayo, la Casa del Poeta, que se inaugurará este mes de septiembre o el Premio de Poesía de Miedo de Trasmoz”. Ruiz Marcellán reivindicó el magisterio de Mario Muchnick, y afirmó que “la poesía opera en el circuito de las minorías: en Olifante publicamos dos libros al año, intentamos seguir una línea editorial que prime a autores desconocidos, que potencie las ediciones bilingües de autores extranjeros. También es un área que las editoriales grandes dejan bastante libre, y que requiere unas relaciones especiales, una cierta complicidad con los distribuidores y los libreros”.             El escritor Raúl Navarro, que dirige Libros del Innombrable, reconoció que, “como todo el mundo sabe, la poesía es un género minoritario. Y es aún más difícil vender libros de autores jóvenes o contemporáneos”. Pero también afirmó que la apuesta merece la pena: “es el embrión original de la literatura, el germen que alimenta otros géneros como la novela o el teatro”. La poeta, editora y traductora Rada Panchovska explicó que en su país, Bulgaria, el número de títulos de poesía se ha multiplicado por seis desde 1989, aunque ha descendido el número de ejemplares por tirada.           

El diseñador Fernando Lasheras habló de “El corazón de los libros: diseños, tipografías, letras, contenidos”. Lasheras afirmó que el diseño “debe estar al servicio del discurso del libro, atento a lo que el autor y el editor quieren decir, y a las necesidades del lector, pero también debe evitar la interpretación: yo estoy a favor de un diseño invisible”.

Lasheras ilustró su conferencia con varias de sus obras, mostró ejemplares de revistas como Caracola o La Expedición, y se detuvo en algunas de sus experiencias con autores como Severino Pallaruelo, Pedro Rújula, o el tándem formado por Javier Delgado y Jorge Gay en la reciente reedición de Zaragoza marina (Prames, 2005).           

Francisco Boisset habló de las “Impresiones de impresor”, y explicó su trayectoria como responsable de Gráficas Sansueña. El concierto de El Galgo Rebelde cerró la segunda jornada de los Encuentros Literarios.           

“Quiero que mi coherencia como ilustradora sea la incoherencia”

“Empecé a dibujar y seguí porque la gente decía que le gustaba, por pura vanidad”, confiesa Elisa Arguilé, cuyo trabajo en libros como Hasta (casi) cien bichos, junto a Daniel Nesquens, o La memoria del fuego, con Eduardo Galeano, la ha convertido en una de las ilustradoras de referencia en nuestro país. “Y luego pensé que sería un trabajo que me permitiría sentirme libre: podría trabajar en casa, sin jefe ni horario, podría bajarme a pasear al parque”, explicó la ilustradora, a la salida de los talleres de los VI Encuentros Literarios de Albarracín.

            Aunque cree que “cuando dibujas te influye todo lo que has visto”, Arguilé siempre se ha sentido muy atraída por el arte primitivo, “y también por el arte del siglo XX, aunque los primeros ‘modernos’ me interesan más como ilustradores que como pintores”.

Elisa Arguilé, que publicará en junio su nueva colaboración con Daniel Nesquens, Mi familia, aspira a que “cada uno de mis libros sea distinto al anterior. Quiero empezar de cero y no encerrarme. Voy bebiendo de muchas fuentes distintas y las transformo. Yo quiero que mi coherencia como ilustradora sea la incoherncia”.

Rosa Tabernero lamenta el didactismo de la literatura infantil

Rosa Tabernero lamenta el didactismo de la literatura infantil

En su conferencia "La literatura infantil y juvenil: ¿Una edad de oro de la edición?", Rosa Tabernero advirtió que el panorama de la edición es "complejo". Tabernero afirmó que Aragón ofrecer "lo mejor que se hace en España en el campo de la literatura infantil y juvenil". 

En términos generales, su visión no es demasiado optimista, aunque tampoco quiso ofrecer "un panorama desesperanzador".

Tabernero, profesora del campus oscense de la Universidad de Zaragoza, recordó que la literatura infantil tiene una complejidad añadida: el doble receptor. Los libros para niños tienen que gustar al adulto y que el editor "se convierte en transmisor y sancionador."

Para Rosa Tabernero el problema fundamental en la edición infantil y juvenil es el didactismo, por un lado, y los temas transversales, por otro. La introducción de la literatura infantil en las escuelas exige el contenido educativo, a lo que se añade la temática de lo políticamente correcto: el medio ambiente, la paz, la tolerancia…, que además tiene que ser explicado sin ninguna ambigüedad.

Las contraportadas resumen los libros dejando claro cuál es el contenido pedagógico del texto. En cuanto a la crítica, Rosa Tabernero lamentó la ausencia "de criterios narrativos y literarios" aplicados a la literatura infantil: también en esta disciplina prima el tema y el didactismo.

Rosa Tabernero afirmó que hay excepciones, editoriales con proyectos arriesgados que se apartan de la pedagogía, como Media Vaca de Vicente Ferrer, escritores e ilustradores como Daniel Nesquens y Elisa Arguilé o Ana Lartitegui.

"Me quedo con edad de plata, más que de oro", concluyó Rosa Tabernero.

Ilustración de Elisa Arguilé para Hasta (casi) cien bichos. Rosa Tabernero citó el libro de Nesquens y Arguilé como un ejemplo de literatura infantil libre y arriesgada.

Los talleres

Unos ochenta alumnos del CRA de la Sierra de Albarracín, que incluye pueblos como Guadalaviar, Griegos, Villar, Tramacastilla Terriente, Frías de Albarracín, Royela, Torres y Noguera, participan en esta edición de los Encuentros Literarios de Albarracín.

Los estudiantes tienen entre 3 y 13 años. Los niños de segundo y tercero hacen libros con Elisa Arguilé y Fernando Lasheras, que las partes: dice que en la biografía hay que contar algo sobre la vida del autor, y propone hacer un collage con fotos de suplementos, para construir una cara.

Pilar Tena y Javier Solchaga realizan un taller de pintura y esculturas efímeras. Los alumnos, de entre tres y seis años, construyen patos que pintan con témperas. Un chico se pinta con témpera las manos; otra añade unas olas. "En cuanto superan la fase de la instrucción", dice Pilar Tena, "empiezan a disfrutar".

Javier Torres muestra su colección de móviles: desde el antiguo Mobiline, que costaba 450.000 pesetas y que es enorme, a los últimos modelos, con Windows Mobile. En el Nokia 66 00 de Torres puede verse "Futurama" y "V de Vendetta". Javier Torres también se ha instalado el Diccionario de la Real Academia de la Lengua; explica a los alumnos cómo utilizar el GPS como peatón o conductor, y les muestra la instalación de un teclado inalámbrico.

 José Antonio Melendo imparte un taller de fotografía digital. Enseña cámaras diferentes, recomienda llevar siempre la cuerda en la muñeca -"el cinturó de seguridad de la cámara"-; a continuación va con sus alumnos a fotografiar las calles de Albarracín.

Historia de la trompeta

El taller del músico de Carlos Roldán es el más espectacular. Tiene un mapa del mundo; ha extendido un montón de instrumentos en una mesa. Roldán habla de los instrumentos de viento: la diferencia entre tubo abierto y cerrado (hace que los chicos jueguen con un tubo, que produce un sonido agudo cuando se mueve rápido), y los antecedentes de la trompeta en distintas partes del mundo: muestra instrumentos que los nepalíes o los aborígenes australianos empleaban, y afirma que "en casi todas las fiestas hay un hippy o un neohippy que los toca". De ahí Roldán pasa a las trompetas de metal, al momento en que la música dejó de ser una forma de comunicarse con la divinidad o la naturaleza y empezó a servir para la diversión entre los hombres.

El realizador Alberto Gámez habla con Beatriz, Estela y Sofía de la televisión y les dice que tienen que cubrir rápidamente la parte teórica, antes de salir a rodar por las calles. Una profesora le graba mientras habla.

Los alumnos de Enrique Villagrasa leen sus poemas en voz alta. "Flores, subid/ que la vida hay que vestir", dice Carolina. Verónica ha escrito tres, y Rubén dice que necesita el nombre de una playa.

Los alumnos de Elisa Arguilé y Fernando Lasheras ya han hecho sus libros: tienen portada, un breve resumen, un dibujo del autor y una breve biografía, título de la colección y otras obras interesantes, entre las que dos niños citan "Matar a la gente y suicidar". Otros chicos han editado "El ratón callejero", "El señor de las rosquillas, el fantasma y la abuela". La última chica no ha terminado del todo: el libro, lee, trata de una niña "que tenía miedo a sus pesadillas pero tenía miedo a la vida".

Antonio Pérez Lasheras:

Antonio Pérez Lasheras:

 

Antonio Pérez Lasheras, director de Prensas Universitarias de Zaragoza y presidente de la Asociación de Editoriales Universitarias Españolas, comenzó su conferencia recordando que la Universidad y la edición son entidades estrechamente unidas ya desde los inicios de la imprenta. La expresión "editoriales universitarias" es una expresión ambigua que debe ser entendida en su sentido más amplio.

Explicó en qué ha beneficiado a las editoriales universitarias constituirse como asociación: "De manera individual representamos bastante poco. Sin embargo las 52 editoriales que forman parte de la asociación suponen el 6% de los títulos publicados al año en España; unos 5000 ejemplares al año. Nos ha permitido tener acceso a ferias internacionales de manera unitaria, no sólo estar, sino ocupar un puesto importante con la posibilidad de empezar a editar en Latinoamérica. Estamos en Argentina, Colombia y México, que es el mercado latinoamericano más importante." Pérez Lasheras cree que la edición de textos para Latinoamérica abaratando precios permite que las editoriales universitarias se vayan abriendo camino. De momento, recordó, publican una revista con un catálogo colectivo. Apuntó la intención de la AEUE de buscar un nombre que los identifique "para construir una marca" y empezar a trabajar de manera conjunta en cuestiones publicitarias y de marketing.

Respecto del mundo editorial en general, Pérez Lasheras cree que está "absolutamente subvencionado, el privado casi más que el público." Recordó que, cuando apareció la AEUE en el panorama editorial se les recibió "con cierto escepticismo. Ahora empiezana temernos y eso es señal de que significamos algo".

Pérez Lasheras precisó que como editoriales universitarias tienen "una función fundamental, pero no única: publicar textos para la universidad". Dicha función debe ser ampliada. Precisó que "todo lo aragonés tiene que interesar a PUZ, de ahí surge la colección Larumbe, pero también traducciones de textos de economía, coordinar colaboraciones entre instituciones, la coedición de textos interesantes para la comunidad y, sobre todo, no limitarse al ámbito universitario". Un buen ejemplo de eso es PUZ, que incluso tiene una colección de libros infantiles. Pérez Lasheras concluyó que "todo es editable, siempre y cuando se haga bien y con rigor".

 

 

 

Arrancan los VII Encuentros Literarios de Albarracín

Ayer comenzó la séptima edición de los Encuentros Literarios de Albarracín, que organiza la Fundación Santa María de Albarracín y que patrocinan Ibercaja y Endesa, y que está dedicada a "La pasión de editar: Qué, cómo, para qué".

Por la mañana los alumnos, de entre tres y trece años, del CRA de Sierra de Albarracín asistieron a diferentes talleres: la ilustradora Elisa Arguilé y el diseñador gráfico Fernando Lasheras fabricaron libros con niños de segundo y tercero de primaria; la pintora Pilar Tena y el artista Javier Solchaga elaboraron esculturas efímeras con los alumnos; los niños de Guadalaviar escribieron poemas con el escritor de Burbáguena Enrique Villagrasa, mientras otros descubrían la historia y la geografía de la trompeta junto a Carlos Roldán, los secretos de la televisión con el realizador Alberto Gámez, y otros conocían las técnicas de la fotografía digital junto a José Antonio Melendo, o los últimos avances en telefonía móvil de la mano del experto Javier Torres.

Por la tarde, Carlos Roldán, que dirige las bandas de música de Garrapinillos y Miralbueno, impartió un taller para adultos: "Cómo aprender música en una hora".

El profesor Antonio Pérez Lasheras, director de Prensas Universitarias de Zaragoza y presidente de la Asociación de EditorialesUniversitarias Españolas abordó "Las publicaciones universitarias españolas. Títulos, mercados, públicos". Pérez Lasheras afirmó que la institución universitaria estuvo desde su origen vinculada a la publicación: citó como ejemplos la Biblia Políglota de la Universidad Complutense que fundó el cardenal Cisneros, o la importancia que tuvo la imprenta de Huesca, relacionada con la universidad, en el siglo XVI. Tras más de cien años de eclipse, las prensas universitarias de nuestro país comenzaron a reactivarse en los años ochenta. Según Pérez Lasheras, "una editorial universitaria debe satisfacer las necesidades docentes, difundir la investigación generada en la propia universidad, y ejercer funciones protocolarias: es preferible regalar un libro a una corbata". Además, PUZ pretende "promocionar la investigación en otros lugares, realizar traducciones, y editar textos de autores aragoneses, como la obra de Miguel Servet, que no sólo es un científico fundamental sino uno de los padres de la libertad de conciencia". Pérez Lasheras afirmó que las universidades españolas editan un 5% de los libros que se publican en España, que representan el 10% del fondo activo editorial pero facturan menos del 2%. Aun así, destacó que "las editoriales no cuestan dinero a las universidades, que se autofinancian", y señaló la importancia del asociacionismo, las coediciones con otras instituciones y la profesionalización: "hay que contar con diseñadores, con ilustradores, y hacer que los libros sean hermosos".

Rosa Tabernero, profesora de la Universidad de Zaragoza, habló de "La literatura infantil y juvenil. ¿Una edad de oro de la edición?". Tabernero destacó la importancia del género y afirmó "en Aragón se edita lo mejor de la literatura infantil y juvenil española". Tabernero, aún así, reconoció que "ha habido tiempos mejores". Habló del boom del género en los años ochenta, "después de un tiempo de silencio, en el que leíamos Marcelino pan y vino mientras otros leían Pippi Calzaslargas" que despertó unas expectativas que "no han llegado a cumplirse". Una de las razones es la mediatización: "los libros se escriben para convencer al maestro, para ayudar a entender, sin ninguna posibilidad de ambigüedad, los temas transversales. La escolarización ha convertido los libros en prescripciones, y las editoriales intentan seducir a los maestros más que a los alumnos".

La actuación de Richard Loza y su grupo en el Molino del Gato cerró la primera jornada. Mañana proseguirán los talleres con alumnos de la zona, y se celebrará una mesa redonda sobre "La edición de poesía", en la que intervendrán Trinidad Ruiz Marcellán, Raúl Herrero, Enrique Villagrasa y Rada Panchovska. El segundo día también incluirá las conferencias de Fernando Lasheras sobre "El corazón de los libros" y de Francisco Boisset acerca de las "Impresiones de un impresor", y la actuación musical de El Galgo Rebelde.